17th abril 2024
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, los edificios inteligentes representan la vanguardia de la arquitectura comercial. No son simplemente estructuras de cemento y acero, son organismos vivos que se adaptan y responden a las necesidades de sus ocupantes. La promesa de estos nuevos edificios es clara: eficiencia, sostenibilidad y una experiencia mejorada para quienes los habitan.
Los edificios inteligentes son más que una tendencia; son una revolución en la forma en que concebimos y experimentamos los espacios comerciales. De hecho, algunos informes recientes de Grand View Research calculan que el tamaño del mercado mundial de edificios inteligentes alcance los 570.020 millones de dólares en 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 26,8% entre 2023 y 2030.
A medida que nos adentramos en una nueva era de urbanización y avance tecnológico, los edificios inteligentes se perfilan como los protagonistas de una arquitectura que es tan inteligente como nosotros, capaz de crecer, aprender y adaptarse a nuestras necesidades cambiantes.
Tecnologías integradas
Los edificios inteligentes son más que la suma de sus partes. Utilizan tecnologías integradas para gestionar activamente los sistemas internos, desde la iluminación y la calefacción hasta la seguridad y la conectividad. Son el resultado de una simbiosis perfecta entre forma y función, donde la tecnología se convierte en el sistema nervioso central de la estructura.
Los beneficios de estos espacios son multifacéticos. Desde el punto de vista económico, ofrecen ahorros significativos en costes operativos y de mantenimiento. En términos de productividad, crean entornos de trabajo que promueven el bienestar y la eficiencia de los empleados. Y desde una perspectiva de gestión, permiten un mantenimiento predictivo y una monitorización en tiempo real que mejora la longevidad de la infraestructura.
La conectividad móvil como piedra angular
La conectividad móvil es una de las tecnologías clave para impulsar estos nuevos espacios inteligentes, ya que permite la comunicación fluida entre varios sistemas del edificio y los dispositivos móviles de los usuarios. A través de esta conectividad se puede controlar de forma remota aspectos como la iluminación, la temperatura o los sistemas de seguridad.
Esta conectividad no solo brindará a los ocupantes de estos edificios un control sin precedentes sobre su entorno, sino que esta interconexión también elevará la eficiencia operativa en estos espacios a nuevos niveles. Mejorar el confort a través del control óptimo del clima o la calidad del aire, afecta directamente al bienestar y a la productividad de los ocupantes. Un entorno de trabajo cómodo y receptivo puede llevar a un mejor rendimiento y una mayor satisfacción de los empleados.
Por eso, ya a principios de este año, Shared Access se convirtió en orgulloso miembro del Smart Building Collective para impulsar, en estos espacios, una conectividad móvil fluida de primera clase, que permite que las personas estén perfectamente conectadas en algunos de los edificios más inteligentes del mundo.